Los fundamentos del mensaje de los mensajeros.

Los fundamentos del mensaje de los mensajeros.

Los fundamentos del mensaje de los mensajeros.

El mensaje de todos los profetas y mensajeros coincide en ciertos fundamentos globales. Los fundamentos de la misión de los mensajeros son los mismos. Dice Dios, alabado sea Su nombre: “En materia de fe, Él os ha prescrito lo que ya ordenó a Noé, y de lo cual te hemos dado conocimiento [Oh Muhammad] por medio de la revelación. Y también lo que ordenó a Abraham, a Moisés y a Jesús: Estableced firmemente la fe [verdadera], y no rompáis vuestra unidad en ella.” [Ash-Shura:13]

De allí que la religión de los profetas sea la misma, tal y como nos dice Dios, exaltado sea: “¡Oh Mensajero! Comed de las cosas buenas de la vida, y obrad con rectitud: en verdad, Yo sé bien todo lo que hacéis. Y, en verdad, esta comunidad vuestra es una sola comunidad, pues Yo soy el Señor de todos vosotros: ¡manteneos, pues, conscientes de Mí!” [Al-Mu’minun:51-52]

Aunque difieran sus leyes. Dios, alabado sea, afirma: “A cada uno de vosotros le hemos asignado una ley y un modo de vida.”
[Al-Ma¡ida:48]

Si las leyes no estuviesen sujetas a esas bases fundamentales, entonces quedarían vacías de cualquier sabiduría, beneficio y misericordia. E incluso, se convertiría en justo lo contrario de lo que vinieron a cumplir. Dijo Dios, alabado sea:
“¡Pero si la verdad se ajustara a sus preferencias arbitrarias, los cielos y la tierra sin duda se habrían hundido en el caos, y todo cuanto vive en ellos [habría perecido hace mucho]!” [Al-Mu’minun:71]

Entre los asuntos comunes entre todos los mensajeros y sus respectivos mensajes: la fe en Dios, Sus ángeles, Sus libros, Sus mensajeros, el Último Día, y el destino, tanto con lo bueno como con lo malo. Dios, alabado sea, enumeró dichos principios al decir: “El Mensajero cree en lo que se ha hecho descender sobre él procedente de su Señor, y [también] los creyentes: todos creen en Dios, en Sus ángeles, en Sus revelaciones y en Sus enviados, sin hacer distinción entre ninguno de Sus enviados; y dicen: “Oímos y obedecemos. ¡Concédenos Tu perdón, Oh Señor nuestro, pues a Ti es el retorno!”” [Al-Baqara:285]

La orden de la adoración de Dios único, sin asociados, y glorificarlo por encima de tener compañera, hijo, socio, similitud ni semejanza, y por encima de caer en la adoración de las figuras y los ídolos. Dijo Dios, exaltado sea: “Y antes de ti no mandamos a ningún enviado sin haberle revelado que no hay más deidad que Yo, [y que,] por lo tanto, habréis de adorarme [sólo] a Mí.” [Al-Anbiya’:25]

Asimismo, ordenó seguir su camino recto y no seguir los caminos que desvíen de él. Encomendó ser fieles a nuestras promesas, justos y precisos en nuestras medidas; tratar con bondad a los padres, la equidad entre la gente, la sinceridad en nuestras palabras y acciones. Prohibir todos los actos impíos, tanto si son secretos como si son manifiestos, la pecaminosidad y la transgresión sin derecho alguno. Declaró ilícito matar a nuestros hijos, asesinar el alma sin derecho a ello; la usura y la sustracción de dinero de los huérfanos, además de la dilapidación, la arrogancia y engañar a la gente para quedarse con su dinero,

La fe en el último día es imprescindible, ya que el ser humano sabe con certeza que va a morir inevitablemente un día. Sin embargo, ¿cuál es su destino después de la muerte? ¿Y encontrará la felicidad o la miseria? Y todos los profetas y mensajeros hicieron llegar este mensaje y recordaron a sus respectivos pueblos que serían resucitados y que encontrarían su merecido bueno sí han hecho bien o mal o si han hecho mal. Y este tema, es decir la resurrección y el juicio, es algo que cualquier mente en su sano juicio acepta y que todas las leyes divinas confirman. Ciertamente, el Creador Todopoderoso, Sabio y Omnisapiente, glorificado sea, no ha creado la creación sin propósito ni tampoco va a dejar la humanidad sin propósito. Dijo, glorificado sean: “Y no hemos creado el cielo y la tierra y lo que hay entre ellos sin un significado y un propósito, como suponen los que se empeñan en negar la verdad: por eso, ¡ay de aquellos que se empeñan en negar la verdad, por el fuego [del infierno]!” [Sad:27]

Más bien, creó Su creación para una finalidad sabia y grandiosa y con un propósito glorioso. Dijo alabado sea: “Y no he creado a los seres invisibles y a los hombres sino para que Me [conozcan y] adoren.”
[Ad-Dariyat:56]

No es digno de este Dios Sabio equiparar entre quienes Le obedecen y quienes Le desobedecen. Así nos lo declara diciendo: “¿Es que vamos a tratar a los que han llegado a creer y hacen buenas obras igual que [trataremos] a los que siembran la corrupción en la tierra? ¿Es que vamos a tratar a quienes son conscientes de Dios igual que a los perversos?” [Sad:28]

Por consecuente, es una manifestación de Su perfecta sabiduría y Su glorioso poder el hacer resurgir a cada ser humano con Su infinito saber, y así, recompensar al bienhechor y castigar al malhechor. Dijo Dios, alabado sea: “Para recompensar con equidad a todos los que han llegado a creer y han hecho el bien; mientras que a aquellos que se obstinan en negar la verdad les aguarda una pócima de ardiente desesperación y un doloroso castigo por su continua negativa a aceptar la verdad.” [Yunus:4]

El origen cristalino

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El Islam no es una religión nueva traída por Muhammad (la paz y bendiciones sean con él), más bien cuando se expandió por la tierra seiscientos años después de la ascensión de Jesús al cielo, difundió de nuevo la revelación que se reflejaba en todas las religiones divinas anteriores, la devolvió a su origen cristalino. Pues todos los profetas enviado por Dios eran musulmanes y su mensaje siempre fue el mismo.

Debora Potter

Debora Potter

Por ello, cuán fácil será devolver la humanidad a la vida para su juicio después de su muerte. ¿Acaso no es Él, glorificado sea, Quien creó los cielos y la tierra? Si creó, exaltado sea, la creación sin ejemplo previo, ¿acaso no es capaz de volver a crear otra vez? Dijo, alabado sea, acerca de esto: “¿Es que no ven [quienes niegan la Otra Vida] que Dios, que ha creado los cielos y la tierra sin cansarse por ello, tiene poder [también] para resucitar a los muertos? ¡Si, en verdad, Él tiene poder para disponer cualquier cosa!” [Al-Ahqaf:33]

Y dijo Dios, exaltado sea: “¿No es, acaso, Aquel que ha creado los cielos y la tierra capaz de crear [de nuevo] algo como esos [que han muerto]? ¡Claro que lo es! –pues sólo Él es el Creador Supremo, el Omnisciente” [Ya-Sin:81]

Aquel que es capaz de traer a la existencia desde la inexistencia es ciertamente capaz a devolver a la existencia. Dijo Dios, alabado sea: “Y Él es quien crea [toda la vida] en un principio y luego la suscita de nuevo: y esto es sumamente fácil para Él, ya que Suya es la esencia de cuanto es más sublime en los cielos y en la tierra, y sólo Él es Todopoderoso, realmente Sabio.” [Ar-Rum:27]

La resurrección de los muertos tuvo lugar incluso en esta vida terrenal con el permiso de Dios ante Su profeta Abraham, que la paz sea con él. Dios nos cuenta este hecho diciendo: “Y, he ahí, que Abraham dijo: “¡Oh Señor mío! ¡Muéstrame cómo devuelves la vida a los muertos!” Dijo: “¿Es que acaso no crees?” [Abraham] respondió: “Ciertamente [creo], pero [déjame verlo] para que mi corazón quede tranquilo.” Dijo: “Coge, pues, cuatro pájaros y enséñales a obedecerte; luego, colócalos separados en las colinas [a tu alrededor]; después llámalos: acudirán a ti volando. Y sabe que Dios es Poderoso, Sabio.”” [Al-Baqara:260]

Tuvo lugar asimismo a manos de Jesús, el Mesías, que la paz sea con él, siempre con el permiso de Dios. Dijo Dios, glorificado sea: “He ahí, que Dios dirá: “¡Oh Jesús, hijo de María! Recuerda las bendiciones que te concedí a ti y a tu madre -cómo te fortalecí con la sagrada inspiración para que pudieras hablar a la gente desde la cuna, y siendo adulto; y cómo te impartí la revelación y la sabiduría, incluidos la Torá y el Evangelio; y cómo, con Mi venia, creaste de arcilla la forma, por así decirlo, del destino [de tus seguidores], y soplaste en ella para que, con Mi venia, se convirtiera en [su] destino; y cómo curaste al ciego y al leproso, con Mi venia, y cómo resucitaste a los muertos, con Mi venia; y cómo evité que los hijos de Israel te hicieran daño cuando viniste a ellos con las pruebas claras de la verdad, y [cuando] quienes estaban empeñados en negar la verdad decían: ‘¡Esto no es sino pura magia!’” [Al-Ma’ida:110]

La verdadera Unicidad

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“El Mensajero árabe Muhammad llamó con una voz inspirada por una conexión profunda con su Señor; llamó a los idolatras y a los adeptos de un judaísmo y cristianismo manipulados a la más pura creencia monoteísta. Aceptó entrar en un conflicto declarado con algunas contra las tendencias humanas más retrógradas que llevan al ser humano a adscribirle falsos dioses al Creador.”

Laura Viccia Vaghlieri\

Orientalista italiana



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