El Islam vino como religión válida para todo lugar y cualquier tiempo, compatible con la naturaleza humana, teniendo en cuenta los aspectos cambiantes de la vida, concurrente con el desarrollo y la civilización, como solución para las naciones de sus problemas económicos, sociales, políticos, militares, etc. Aunque muchas personas se han extraviado de este camino luminoso, otros combaten el Islam y lo distorsionan con el fin de disuadir a la gente y alejarla de él lo cual ocasionó la infelicidad de muchos individuos y numerosas sociedades. Dios, glorificado sea, aseguró la felicidad en ambas vidas a quienes sigan esta guía y acaten sus mandamientos, y puso el sufrimiento, la ignominia y la humillación como destino para quienes lo abandonen en arrogancia.
Mediante el Islam, Dios ha encomendado a la humanidad enderezar sus asuntos, posibilitándole ser feliz en su vida terrenal y en su otra vida y a evitar el sufrimiento en ambas. Sin embargo, el ego innato del ser humano, detesta los mandamientos y las limitaciones que delimitan sus deseos, sus apetencias y sus pretensiones; incluso sabiendo que dichos mandamientos son beneficios para él. Por ello, Dios ordenó a la gente de la Verdad invitar a la bondad y la Verdad a los cuales fueron guiados y a llevar el mensaje a todo el mundo.
El Mensajero de Dios, que la paz sea con él, fue enviado para vivir feliz y hacer que vivan felices con él, su pueblo y toda la humanidad. Dios, glorificado sea, dijo: “No hemos hecho descender este Corán sobre ti para hacerte sufrir.” [Ta Ha:2]
Y dijo también: “Y [así, Oh Profeta,] te hemos enviado sólo como [prueba de Nuestra] misericordia para todos los mundos.” [Al-Anbiya’:107]
El alba del Islam
Cuántas generaciones sufrirán el miedo y el sufrimiento antes de que salga una nueva alba para el Islam que parece que la historia en su totalidad se dirige hacia él. Entonces, la paz cubrirá la tierra y arropará los corazones.Por lo tanto, seguir al Enviado de Dios, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, y la observancia de su método cerciorándonos de adoptar sus pasos es la fuente de la felicidad y el camino de la salvación. Es la manera de vida que Dios nos ordenó vivir dentro del marco de sus mandamientos e interdicciones y cuyo resultado es nada más y nada menos que la pura felicidad en ambas vidas. Cualquier salida de ese marco no trae más que el sufrimiento en ambas vida, y es precisamente esto lo que nos enseña Dios, el Altísimo, al decir: “Pero quien se aparte de Mi recuerdo tendrá una vida de estrechas miras; y en el Día de la Resurrección le haremos comparecer ciego.” [Y, en el Día de la Resurrección, el pecador] preguntará: “¡Oh Señor mío! ¿Por qué me has hecho comparecer ciego, si [en la tierra] estaba dotado de vista?” [Dios] responderá: “¡Así es: te llegaron Nuestros mensajes, pero te olvidaste de ellos; y así hoy serás tú relegado al olvido!”” [Ta Ha:124-126]
Existe una diferencia verdaderamente inmensa entre el creyente del cual Dios, alabado sea, dice: “le haremos vivir una buena vida.”
[An-Nahl:97]
Y entre quien vive ajeno al recuerdo de Dios, de quien Dios, exaltado sea, dice: “…tendrá una vida de estrechas miras.” [Ta Ha:124]
Ciertamente, la vida pura es aquella fundada sobre la observancia de las órdenes y las prohibiciones divinas tanto en secreto como en lo público, y el sosiego del corazón ante el decreto de Dios puesto que uno vive en su amparo y en su cuidado. Dios, alabado sea, dice: “Aquellos que creen, y cuyos corazones encuentran sosiego en el recuerdo de Dios, pues, en verdad, en el recuerdo de Dios encuentran los corazones [de los hombres] su sosiego”
[Ar-Raad:28]
De modo que es un reflejo de la serenidad del corazón en las acciones del ser humano y en todos sus asuntos. Algo frontalmente opuesto a aquél que vive en ansiedad y ahogo y a quien Dios, exaltado sea, describe diciendo: “Y a quien Dios quiere guiar, le abre el pecho a la sumisión [a Él]; y a quien Él quiere dejar en el extravío, hace que su pecho se cierre y se constriña, como si estuviera ascendiendo en el aire: así es como Dios impone la ignominia a quienes se niegan a creer.”
[Al-Anaam:125]
Su sufrimiento, su constricción espiritual y su desolación no se deben a la pobreza o a la enfermedad, sino al estado de inquietud en toda acción que haga y en todos sus asuntos.
Que la vida le sea llevadera o contraria a dicha persona inmersa en este sufrimiento, no supone ninguna diferencia para ella, puesto que, el verdadero motivo de su sufrimiento no es la vida, sino que es su forma de pensar. El incremento o el decrecimiento de su dinero, o la plenitud o la mengua de su salud, sólo pueden ser una causa para que aumente su sufrimiento. Dios, alabado sea, dijo: “Que sus riquezas o [la felicidad que puedan obtener de] sus hijos no provoquen tu admiración: Dios quiere sólo castigarles por medio de ello en esta vida y [hacer] que sus almas partan mientras [siguen aún] negando la verdad.” [At-Tauba:55]
Y dijo también: “Y que sus riquezas y [la felicidad que puedan obtener de] sus hijos no provoquen tu admiración: Dios quiere sólo castigarles por medio de ello en [la vida de] este mundo y [hacer] que sus almas partan mientras [siguen aún] negando la verdad.” [At-Tauba:85]
El sufrimiento para el ser humano no depende de la riqueza o la pobreza, de la enfermedad o de las tribulaciones, sino que está en la lejanía de Dios y la desviación de Su camino, y en interrumpir la relación entre el siervo y Su Señor. Cuando Zacarías, que la paz sea con él, hizo su súplica a Su Señor dijo: “Mis oraciones a Ti, Oh Señor mío, nunca han quedado sin respuesta.” [Mariam:4]
Es decir, me has honrado con tu respuesta en el pasado, así que hazme feliz con tu respuesta de nuevo. Esto no es exclusivo de Zacarías, que la paz sea con él, sino que nuestro Señor, alabado y exaltado sea, nos lo confirma a todos diciendo: “Y si Mis siervos te preguntan acerca de Mí; ciertamente, Yo estoy cerca; respondo a la invocación de quien Me invoca, cuando Me invoca: que Me escuchen y crean en Mí, para que puedan seguir el camino recto.” [Al-Baqara:186]
Mientras el lazo permanezca conectado y directo entre el siervo y su Señor, la felicidad se mantendrá en pie y efectiva. El sufrimiento se origina al cortarse dicho lazo, y en la medida en que el ser humano sea negligente a la hora de gobernarse a sí mismo mediante esta religión, tiene lugar el defecto y la desestabilidad en sí mismo y en su vida.
Es precisamente por esto que Dios liga la guía con la misericordia, y el extravío con el sufrimiento. Dice acerca de la primera correspondencia: “¡Ellos son los que siguen la guía [que les viene] de su Señor; y ellos, precisamente, son los que conseguirán la felicidad!” [Al-Baqara:5]
Y dice: “¡Sobre ellos se derraman la gracia y las bendiciones de su Señor, y ellos son los que están en el camino recto!” [Al-Baqara:157]
También dice, alabado sea: “Sin embargo, os llegará una guía procedente de Mí: y quien siga Mi guía no se extraviará, ni será desgraciado” [Ta Ha: 123]
La guía es que Dios impida que uno caiga en el extravío, mientras que misericordia es impedir que sufra. Esto es lo que menciona Dios, exaltado sea, al principio del capítulo de Ta-Ha diciendo: “Ta Ha, No hemos hecho descender este Corán sobre ti para hacerte sufrir.”
[Ta Ha:1-2]
Aquí une entre la revelación del Corán y el impedimento del sufrimiento. Y luego, al final del mismo capítulo dice acerca de quienes Le sigan: “…no se extraviará, ni será desgraciado” [Ta Ha: 123]
La guía, el favor y la misericordia son inseparables, de la misma forma en que el extravío y el sufrimiento son intrínsecos. Dios, alabado sea, dijo: “Ciertamente, los que están hundidos en el pecado [sabrán entonces que eran ellos los que] estaban sumidos en el error y en la locura.”
[Al-Qamar:47]
El fuego es uno de los severos castigos y es el culmen de todo sufrimiento. Al otro extremo del castigo de los criminales está el destino de los piadosos del cual dice Dios, alabado sea, en el mismo capítulo: “Ciertamente, los conscientes de Dios estarán en [un paraíso de] jardines y arroyos, en una morada segura, en presencia de un Soberano que determina todas las cosas
[Al-Qamar:54-55]
Este es el camino de la felicidad si realmente deseas seguirlo y emprender tu viaje por él. Es el camino que no se funda en las leyendas y en meras supersticiones espirituales e ideológicas. Además de ser el camino de la felicidad, es también el camino del conocimiento y la civilización.
El salvador de la humanidad
Es justo llamar a Muhammad “El Salvador de la Humanidad”. Creo que si un hombre como él tomase las riendas del mundo moderno tendría éxito a la hora de resolver todos sus problemas y traería la felicidad y la paz.El camino del saber y
la civilización
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