“El rey Enrique VIII decretó una ley que prohibía leerles a las mujeres la Biblia. Asimismo, conforme a las leyes vigentes hasta 1850 aprox. en Inglaterra, las mujeres no se consideraban conciudadanas, ni tenían derechos personales, ni tenían derecho a poseer ni su propia ropa ni poseer el dinero que se ganaban con su propio sudor.”