¿Acaso la humanidad necesita mensajeros?

¿Acaso la humanidad necesita mensajeros?

¿Acaso la humanidad necesita mensajeros?

Dios, glorificado y alabado sea, creó Su creación y la dispuso de manera correcta depositando en ella mentes con el fin de discernir la verdad de la falsedad. Y al estar sujetas dichas mentes a la imperfección, al olvido, a las limitaciones, a los caprichos e intereses, e incluso a las divergencias y contradicciones, da lugar a que aquello que algunos ven como válido, otros lo vean como inválido. Además, el mismo individuo puede cambiar de parecer con el cambio del espacio de tiempo. Si estas mentes son incapaces de conocer los sucesos y las ciencias que están más allá de su percepción y aquello que esconde los seres humanos en su interior, es incluso más incapaz de asimilar al creador, su propósito, sus mandamientos y sus prohibiciones, además de ser incapaces los seres humanos de recibir todo esto directamente de Dios. Dijo, alabado sea: “Y no es dado a ningún mortal que Dios le hable si no es por inspiración, o desde detrás de un velo, o mandando a un enviado para que revele, con Su venia, lo que Él quiera [revelar]: pues Él es, ciertamente, excelso, sabio.”[Ash-Shura:51]

Por esta razón Dios, glorificado sea, eligió sus mejores siervos para ser mensajeros y profetas y ser los mejores embajadores entre Dios y sus siervos. Dice Dios, glorificado sea: “Dios escoge emisarios de entre los ángeles y también de entre los hombres. Ciertamente, Dios todo lo oye, todo lo ve.” [Al-Hayy:75]

Sé sencillo

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“Incluso en el zenit de su Gloria, Muhammad guardó su simplicidad. Odiaba que la gente se levantase cuando entraba a una sala o que exagerasen en su recepción.”

Washington Irving

Diplomático y escritor estadounidense

Guían así a la humanidad hacia su Creador y la sacan de las tinieblas a la luz, para que al final la gente no tenga excusa alguna ante Dios después de la llegada de los mensajeros. Dice Dios, exaltado sea: “Mensajero como anunciadores de buenas nuevas y como advertidores, para que la gente no tenga excusa ante Dios después [de la venida] de estos enviados: y Dios es en verdad Poderoso, Sabio.” [An-Nisa’:165]

De esta forma, el hecho de enviar mensajeros a la humanidad es uno de los favores más grandes de Dios para con sus siervos, con el fin de enseñarles aquello que es mejor para ellos y para purificarlos. Dios, alabado sea, dijo: “Dios, ciertamente, ha concedido una gracia a los creyentes al suscitarles un enviado de entre ellos, que les transmite Sus mensajes, les purifica y les enseña la escritura divina y la sabiduría, mientras que antes se encontraban, ciertamente, en un claro extravío.”
[Al-Imran:164]

Es un favor grandioso el que Dios haya enviado a la humanidad mensajeros en medio de ella y que dichos mensajeros sean: “…de entre ellos.”

Esta dádiva se cristaliza con el hecho de que Dios envió a un mensajero de su parte para que hable entre la gente con las palabras de Dios el Glorioso, les enseñe acerca de su Creador y de Sus atributos, les haga saber la realidad de la divinidad y sus características. Luego le habla de su propia naturaleza, como ser humano que es, ese siervo minúsculo y débil: acerca de su vida, sus movimientos, sus palabras y sus silencios. Dios le habla al mensajero para que éste invite a aquello que vivifica y orienta a la humanidad hacia lo más beneficio para sus corazones y sus condiciones. Para que les invite a un paraíso tan amplio como los cielos y la tierra. Es una generosidad inconmensurable, y una dadivosidad insuperable. Además, los mensajeros tienen la misión de purificar y alzar la dignidad de los seres humanos. Purificar sus corazones, sus concepciones, sus sentimientos, sus casas, sus linajes, sus oraciones, sus vidas, sus sociedades, sus sistemas, y llevarlos desde las impurezas del politeísmo y el paganismo, el mito y la leyenda y todo lo que ambos conllevan en cuanto a rituales, adoraciones, tradiciones y prácticas bajas que indignas de ser humano y de significado de su humanidad. Para purificarles, asimismo, de los lastres de la vida sumida en la ignorancia que contamina los sentimientos, los rituales, las tradiciones, los principios y los conceptos. Esta vida de ignorancia es la misma independientemente de la religión y de su contexto espacio- temporal.

Allá donde los corazones de los seres humanos carezcan de una creencia divina que reine sus concepciones, y de una Ley que emane de dicha creencia de que gobierne, entonces no habrá más que ignorancia y uno de los muchos aspectos de la vida en ignorancia. Es imprescindible salvar a la humanidad de dicha ignorancia tanto si es moderna o primitiva. La ignorancia es la misma, tanto si es antiguo como si es nueva, puesto que dicha ignorancia moderna refleja todas las características de las prácticas ignorantes antiguas tanto en el ámbito como en el campo social, y en la concepción de los objetivos de la vida humana y sus últimos propósitos. Sigue padeciendo de esto, a pesar de las grandes conquistas de la ciencia material y la producción industrial, así como la prosperidad como civilización: “…mientras que antes de eso se encontraban, ciertamente, en un claro extravío” [Al-Yumu’a:2]

Un extravío en su concepción de sus creencias, en los conceptos de la vida, en los propósitos y las orientación; un extravío en las tradiciones y en el comportamiento, en los sistemas y las condiciones de vida, en la sociedad y en los valores morales.

Las bestias humanas sin religión

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“En un estudio estadístico en una de las universidades estadounidenses publicada en el libro “America: to pray or not to pray” de David Baton: -El 80% de las mujeres estadounidenses sufren violación al menos una vez en sus vidas. -El número de mujeres que fueron violadas cada día supera las 1900 mujeres, y como resultado de ello, el 30% de ellas quedan embarazadas o abortan a la edad de 14 años. -El 61% de los casos de violaciones los sufren chicas menores de 18 años. -El 29% de los casos de violación se cometen contra niños por bajo de la edad de 11 años.

David Barton

Escritor estadounidense



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